El tiempo y la energía , variables que actúan conjuntamente, son transcendentales para tu rendimiento y supervivencia. En función de cómo las manejes vas a tener diversos resultados. Cuando estas variables están conjugadas de forma ineficaz surgen problemas que afectan directamente a tu bienestar vital. Una consecuencia cada vez más evidente de esta inadecuada gestión es el estrés. ¿Sientes que sufres estrés a lo largo del día, de la semana, del mes? Teniendo en cuenta, además, que nos encontramos ante una pandemia, cada vez hay menos personas que quedan fuera de responder de forma afirmativa.
Cuando tenemos estrés en una dosis adecuada puede ser vigorizante y mejorar nuestro comportamiento proactivo y productivo. Sin embargo, cuando sufrimos estrés de forma prolongada genera un exceso de producción de cortisol, hormona esteroidea que afecta a los niveles de azúcar en sangre, lo que provoca efectos negativos para nuestra salud. Entre otros podemos destacar que debilita nuestro sistema inmunológico haciéndonos más vulnerables a las enfermedades y contagios, estimula un aumento de la presión arterial que puede derivar en una dolencia cardíaca, se relaciona con problemas graves de salud mental como la ansiedad y la depresión y, además, puede bloquear nuestra capacidad de razonamiento y de decisión, de ahí, la dificultad de encontrar alternativas de solución ante las adversidades. Es para tomárselo en serio y más en época de pandemia ¿no crees?
Si has detectado que sufres estrés y a estas alturas ya has tomado conciencia de la importancia que tiene en tu vida reducirlo:¿cómo puedes lograrlo?. Esta es otra pregunta que surge entre los participantes de nuestros talleres para gestionar el estrés. Para ello, es imprescindible que seas consciente de que no existen “pociones mágicas” que cualquier persona puede tomar y automáticamente le libera de este mal. Es clave considerar que cada ser humano tiene unos comportamientos, creencias, hábitos específicos, que son necesarios revisarlos con detenimiento para adoptar las medidas que más le interese. Esto supone realizar una labor de autoconocimiento volviendo de nuevo a algo básico a tener en cuenta: cómo estás usando esas dos variables valiosas comentadas al principio, el tiempo y la energía.
Como comienzo sugerimos atender conjuntamente los siguientes aspectos de base que están íntimamente relacionados:
– Analiza tus fugas de tiempo y energía: existen creencias inconscientes y hábitos poco saludables (el manejo de los dispositivos de pantalla, por ejemplo) que te hacen invertir mucho esfuerzo y tiempo innecesariamente. Es imperativo identificarlos y tomar medidas para paliarlos.
– Toma decisiones: en el establecimiento de medidas cobra gran importancia la marcación de objetivos alcanzables y la planificación de los mismos: te permite atender lo importante sin entrar en los agobios de lo urgente que al final crea más estrés. En este aspecto es muy eficaz marcar tus prioridades teniendo presente que «toda decisión implica renuncia».
– Carga tu pila: estas librando una batalla y te facilitará esta ardua misión identificar lo que te permite coger fuerzas, que debe estar dentro de tus prioridades. Algunas personas consiguen energía gracias a las relaciones con familiares y demás seres queridos, el ejercicio, los hobbies, el descanso, la alimentación saludable, etc. En parte de nuestras jornadas adquiere gran importancia el mindfulness y la relajación como “medida de choque”, ya que te ayuda a tomar consciencia de cuáles son realmente tus necesidades y genera un antídoto eficaz ante la hormona del estrés (cortisol), hablamos de las endorfinas, conocidas como las hormonas de la felicidad.
Esto supone todo un plan de entrenamiento donde la marcación de prioridades y la disciplina para atenderlas son básicas en la consecución de tu propósito. Estamos en una época donde la adversidad, las restricciones, el distanciamiento y la amenaza sanitaria están muy latentes y es necesario empezar a actuar. Si estás dispuesto, ¡ánimo y a por ello, está en juego tu vida!.
Y recuerda: «Nadie está tan ocupado, es cuestión de prioridades».
By Mª José Chacón
Equipo Koan