El otoño es una época que para mí representa mucho. Las vacaciones de días anteriores, que me han servido para desconectar, recargar mi fuerza y reflexionar, han ayudado también a sintonizar con cómo me encuentro y cómo me gustaría estar. Esto da paso a que, durante esta estación, ya con las ideas claras y frescas, comience a desterrar aquello que me supone un lastre y me centre en lo que realmente me merece la pena.
Representa un punto de inflexión en el año, una etapa de renovación y avance. Es el momento de aprovechar el tiempo y esto implica ponerme manos a la obra para evitar distracciones innecesarias que dificulten mi camino y que obstaculicen el poder disfrutar de mi vida.
Está claro que es poco fácil afrontarlo con esta perspectiva y, en algún momento, puedo percibirlo como la subida a una montaña, dura escalada. Sin embargo, la energía regenerada en el verano me da fuerza suficiente para emprenderla.
Una de las reflexiones que me venía a la cabeza era «Si me quedase poco tiempo de vida: ¿Qué sería para mí lo realmente importante? ¿me estoy centrando en esto?; ¿Qué relevancia le daría a las situaciones surgidas que considero como «conflictivas»? ¿realmente merecen tanta relevancia?….. hoy curiosamente me ha llegado el siguiente vídeo en el que aparece Claudio Naranjo, que con mayor acierto puede explicar esta reflexión:
Como diría Walt Disney: Pregúntate si lo que estás haciendo hoy te acerca al lugar en el que quieres estar mañana.
Mª José Chacón Aguilar