Esta mañana, en el primer vistazo a las RRSS, he visto tristemente como el día internacional de la mujer, que conmemora la conquista de derechos y libertades básicos, termina utilizándose como eje de discusión y radicalización de posturas políticas y sociales.
Expresiones como «lucha»; «mujeres malas o buenas»; «mujeres blancas y ricas»; «mujeres de izquierdas», «manifestación», «feminazi», etc oscurecen la luz de un día tan señalado, al punto que termina perdiendo su esencia para convertirse en otra cosa muy lejana del espíritu que lo inspiró.
A finales del siglo XVIII el reconocimiento de los derechos laborales y las libertades de la mujer eran casi inexistentes, después de varios intentos internacionales de celebrar actos y reuniones de cierta transcendencia política y social, fue en 1910, en Copenhague (Dinamarca) donde un grupo de mujeres pertenecientes a organizaciones internacionales socialistas establecieron el 8 de marzo como Día Internacional de la Mujer para promover la igualdad de derechos entre mujeres y hombres.
En España, Clara Campoamor, a principios del siglo XX era una de las pocas mujeres que ejercían la abogacía, perteneció al colegio de abogados de Madrid y encabezo la defensa de la igualdad de derechos y el sufragio femenino. En 1931 consiguió que se incluyera en el proyecto de Constitución de la nueva república el artículo 34 que posibilitaba el voto femenino con una victoria de 161 votos a favor y 121 en contra. Finalmente con la llegada de la Guerra Civil, los derechos de las mujeres prácticamente desaparecieron al igual que los derechos de la mayor parte de los españoles.
Para Koan, el Día Internacional de la Mujer es unión, fuerza, poder, cambio, suma, valor, inspiración y desde ahí trabajamos en nuestros talleres online para la mujer. Nuestra misión: dotar a las mujeres de herramientas que las liberen de creencias limitantes y abran un mundo de posibilidades saludables para ellas y su entorno. Sin olvidar el gran privilegio del que ya gozamos como madres, capaces de cuidar, sostener, nutrir, etc. el alma de los que mas queremos.
Dedico estas palabras a mi socia y amiga que en estos momentos ejerce la función más trascendental que la naturaleza nos ha encomendado a las mujeres: ¡¡¡¡parir¡¡¡¡ Animo amiga, todas contigo en este último empujón¡¡¡¡.