La interrupción de las rutinas familiares, educativas y profesionales ha puesto sobre la mesa los desequilibrios emocionales que produce el estrés por aislamiento social y por falta de contacto físico. El efecto negativo que ha provocado esta experiencia inédita de pandemia, deja al descubierto la importancia del desarrollo de las habilidades sociales y emocionales en niños, jóvenes y adultos, al punto que llegan a ser determinantes en la calidad de vida y en el bienestar general humano.
La OCDE ha llevado a acabo en los últimos años varias investigaciones relacionadas con la verificación de la importancia de desarrollar habilidades sociales y emocionales en niños, jóvenes y adultos.
En uno de estos estudios, concretamente el incluido en OECD Education Working Papers No. 173, The Study on Social and Emotional Skills, clasifica las habilidades sociales y emocionales en 5 grandes dominios, destacando el dominio del autoconocimiento y la estabilidad emocional como claves para el bienestar, la calidad de vida y el progreso social.
Junto a estos dos grandes dominios el estudio señala también la importancia de fomentar el carácter extrovertido, la apertura al cambio (oppennes) y la amabilidad – asertividad (agreeableness), como habilidades clave en el desarrollo del liderazgo, en la mejora de las relaciones sociales y por tanto en una salud mental más satisfactoria.
Las habilidades sociales y emocionales, también llamadas soft skills, afectan de forma determinante a los pensamientos, los sentimientos y los comportamientos que las personas tienen de sí mismas y ante los demás.
Emociones como la tristeza, el miedo o la ira desatan tormentas emocionales que van seguidas de resacas de culpa o ansiedad, creando cócteles molotov que atacan directamente la autoestima y el autoconcepto de nuestros hijos o alumnos y de familias enteras.
…las mejores cualidades intelectuales o cognitivas de un alumno no son suficientes para cubrir las deficiencias de autoconcepto…
Además sabemos que las mejores cualidades intelectuales o cognitivas de un alumno no son suficientes para cubrir las deficiencias de autoconcepto o autoestima que pueda tener. Es decir, para que se produzca un aprendizaje efectivo, el alumno debe situarse en un entorno seguro, estable, amable y respetuoso con él mismo y con los demás.
De ahí que el estudio concluya con la recomendación de desarrollar un enfoque más holístico del sistema educativo, adoptando entornos de aprendizaje que promuevan el desarrollo de estas habilidades, mejorando el bienestar de niños y adultos en desarrollo y allanado el camino para un futuro mejor.
Koan, en su afán por contribuir a la metamorfosis del sistema educativo ofrece talleres y cursos sobre inteligencia emocional a mujeres, alumnos, docentes y familias apostando claramente por esta concepción holística de la persona y de su desarrollo.